Donde cada ser despierta
Mirando la luz del sol
Es un cálido arrebol
Que un compromiso concierta.
Si se halla una ruta incierta
El ciudadano se inhibe
Y del todo se cohíbe
Si no aprecia lo agradable,
Si es del todo inigualable
EL CALOR QUE SE PERCIBE.

II

Es fugaz la juventud
Que aprovecharla es preciso
Y sin  un aire sumido
Acusar ineptitud.
Acopiarla de virtud
Como fue el añejo lar
Y con todo en su lugar
Que brote la placidez,
Que no hay igual calidez
CUANDO FORMA UN NUEVO HOGAR.

V

La paternal armonía
Origina una costumbre
Y permite se vislumbre
La más tierna melodía.
Se siente dulce ambrosía
Si el cariño es singular
Más ocurre sin cesar
Que se va el día encendido,
Sin respetar lo vivido
DESDE NIÑO EN EL HOGAR.

III

La bella estancia infantil
Es espacio incomparable
Que resulta detestable
Si la mancilla el más vil.
Se forja un bello perfil
Desde que empieza la aurora
Y lo que más se atesora
Surge presto y solidario,
Y lo que era rutinario
RESULTA QUE SE LE AÑORA.

VI

Cuando transcurren los años
Y toca partir el vuelo
Se marcha tras el anhelo
 en horizontes extraños. 
Recién se hayan desengaños
 Y la tristeza se exhibe 
Más ya no hay quien lo motive 
  Porque nada es inmortal,
y del aura maternal
TAL AFECTO NO RECIBE.

Al ser frágil la existencia
Hay que sacarle provecho
Y caminar trecho a trecho
Con absoluta conciencia.
Hacer gala de eficiencia
 con fundamento verás
 Y volteando para atrás 
Evocar tan fiel momento, 
Que ese grato advenimiento 
¡NO SE REPITE JAMÁS!