Cuando se marcha la tarde
Y  la sombra es absoluta
La  tiniebla da la ruta
Y del silencio hay alarde.
En otro espacio el sol arde
Y de un claro se adolece
La floresta reverdece
Con toda frondosidad,
Y en su mística heredad
LA NATURA UN HALO OFRECE.

II

El horizonte increíble
Cada vez más huele a cielo
Y en el humano es un anhelo
Que hasta el sueño hace posible.
A lo lejos invisible
Nunca falta una maroma
Y nadie entiende el idioma
De algún bullicio fecundo,
Y me traslada a otro mundo
CUANDO LA NOCHE SE ASOMA.

V

Hay un grato encantamiento
Que lo oscuro es agradable
Y al ser el campo adorable
Se despierta el sentimiento.
Surge un fervor de aliento
Mientras duerme la paloma
Y otra esencia el orbe toma
Ante la ausencia de un trino,
Y contemplo mi  camino
MIENTRAS CONTAGIA SU AROMA.

III

Luce una aureola embriagante
El más lejano rincón
Y tan grata sensación
Es del todo fascinante.
Su penumbra es deslumbrante
Que el febril  goce procura
Y la calma se apertura
Que se relaja la mente,
Y al perfumar el ambiente
HASTA EN EL ALMA HAY DULZURA.

VI

Despiertan  nocturnas aves
Y  habitantes que son miles
Y sus figuras sutiles
De misterios son las claves.
Hay espacios más que suaves
Bajo un olor que adormece
Y el entusiasmo se crece
En torno a grácil estancia,
Y el aire luce fragancia
QUE AL ESPÍRITU ENTERNECE.

Por su edénica visión
Cuando es espesa  la bruma
Hace que mi ser asuma
Una grata inspiración.
Motiva mi creación
Y da norte a mi conciencia
Y mi entraña se potencia
Con tan divina bondad,
Por eso en la oscuridad
HALLO EL FIN DE MI EXISTENCIA!