No hay un lugar en el mundo
Que no acoja a la existencia
Si el desierto es infecundo
¡HAY QUE ACUDIR A LA CIENCIA!
Sobre su divina faz
De geografía imponente
Es el orbe complaciente
Por indómito y feraz.
Esparcimiento solaz
Irradia por ser fecundo
Y con sentido profundo
Hace la vida agradable,
Más que sea inhabitable
NO HAY UN LUGAR EN EL MUNDO.
II
Hay páramos de locura
Con oasis embriagantes
Las quebradas deleitantes
Y planicies de ventura.
Derrocha fiel hermosura
De terrícola apariencia
Y denota efervescencia
Como una imagen del cielo,
Y no habrá nunca algún suelo
QUE NO ACOJA A LA EXISTENCIA.
III
Ni los nevados eternos
O los dormidos glaciares
Desechan en fríos lares
Que existan lazos fraternos.
Ni en los más crudos inviernos
Donde hay hielo en un segundo
Nadie va meditabundo
Y de jolgorio es prefacio,
Y al saber le brinda espacio
SI EL DESIERTO ES INFECUNDO.
IV
No es preciso otro universo
Para el hombre creativo
El que avanza innovativo
Su panorama es diverso.
Quien tiene magia en su verso
Y suscita transparencia
Si motiva su conciencia
Lo considera su fuente,
Y si no es sitio aparente
HAY QUE ACUDIR A LA CIENCIA.
V
Como hay lo malo y lo bueno
Hay que elegir lo excelente
Es que a diario con la gente
Se acomoda el desenfreno.
Más existe el lado ameno
Si se tiene convicción
Y hay que darle protección
Sin dañarla con la guerra,
Y no envenenar la tierra
TAN SÓLO POR AMBICIÓN.
VI
No buscar otro planeta
Para la realización
El que tiene inspiración
Se le cumple toda meta.
Si no hace caso a la treta
Y apuesta por la verdad
En honor a su bondad
Será un baluarte del bien,
Que la tierra es el edén
¡DE TODA LA HUMANIDAD!