UNA PALABRA DE ALIENTO

Hagamos algo útil en la vida para poder tener la satisfacción de contemplar nuestras acciones como verdaderas obras de arte.

Nosotros somos capaces de poder cambiar el rumbo de nuestras vidas; no olvidemos que las personas viven tristes porque nunca amaron o porque nunca le dijeron una palabra de amor a la persona amada. Tracémonos un ideal en la vida, pero una meta que destierre la idea que el fin del hombre solamente es embriagarse, tener varias mujeres y juntar dinero. Nunca desees maldad a nadie porque estás buscando la desgracia para ti mismo. Lo atinado es convencer sin necesidad de discutir y obrar con calma sobre todo. Tu mente siempre debe ser poderosa y tu sentido crítico, sumamente agudo, pero no se debe aplicar con demasiada vehemencia al ser amado porque amar es comprender y perdonar, compartir juntos penas y alegrías.

Hay que ofrecer comprensión en los momentos críticos. Esa es la misión más elevada del hombre. Impulsa tu vida, se un joven eterno disfruta a plenitud cada momento de tu vida. Si eres sumamente perfeccionista, no puedes exigir lo mismo a los demás. Hay que alentar el esfuerzo propio del hombre en independizarse. Si vales y no luces tu talento pero sin exageración, pasarás inadvertido, demuestra con humildad lo que eres. Una de las grandes misiones esotéricas de la personalidad es el perdón. Quien trata de hacerte daño se estrellará con tu sonrisa, de tu dinamismo depende que derrotes los factores adversos. Si has nacido para triunfar, los problemas son asuntos pasajeros. La franqueza y la sinceridad dan placer y ese placer aumenta las expectativas de mayor placer. Busca sentirte con todo el derecho de gozar plenamente de la vida. Trata de terminar lo que has comenzado, este criterio aplica a todos tus proyectos y no descanses hasta finalizarlo iniciado. Cada día, fíjate nuevas metas, concéntrate en tus propios objetivos. El optimismo es el motor para salir adelante en cualquier inconveniente que se presente en la existencia. No te dejes perturbar por vaivenes de la vida cotidiana. Siéntete seguro de lo que estás haciendo, no pierdas las esperanzas, ten una mente triunfadora.

El secreto del éxito radica en la persistencia, en el trabajo y la absoluta responsabilidad en el estudio. Medita profundamente acerca del sentido que quieres darle a tus días. Establece nuevos retos y la forma de alcanzarlas partiendo del principio de manejar con acierto el propio equilibrio interior. Piensa que la vida es una breve parte de hoy y un mundo de mañana y que el pasado no puede modificarse. Vive el hoy lo más dichoso que puedas y anhela el futuro y trata que sea un tiempo feliz y distinguido. De la propia entereza salen insospechadas fuerzas que nos proyecta hacia el triunfo. Ello depende de la forma que aceptemos nuestra verdadera condición sin menospreciar a quienes nos rodean o se nos oponen. El cuerpo es el templo del alma y todo lo que pensamos con fuerza y persistencia termina por realizarse, no te desanimes y esfuerza tu inteligencia.

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