Don Abrahám Valdelomar
tras fiel imaginación
al ser en letras sin par
fue un as de la creación.
En la Ica solariega
tierra de la Huacachina
al mundo de luz genuina
el “Conde de Lemos” llega.
Por Pisco y Chincha se entrega
estudiando sin cesar
luego en Lima fue a parar
adquiriendo solidez,
así albergó intrepidez
don Abraham Valdelomar.
II
Vivir en bellos paisajes
entre el mar y la natura
fue moldeando su escritura
de cognitivos bagajes.
Los imponentes parajes
la costumbre y tradición
le dieron inspiración
cual perenne primavera,
trascendiendo en toda esfera
tras fiel imaginación.
III
Sus cuentos maravillosos
emiten encantamiento
y describe su talento
escenarios generosos.
De los senderos grandiosos
hay narración sin cesar
brindando albor singular
en horizonte adorable,
dejando huella imborrable
al ser en letras sin par.
IV
Ofrendó sus conferencias
por todo el norte peruano
en el sur siendo galano
brindó mágicas esencias.
Irradió sus competencias
de su fuente de expresión
y en aras de proyección
del periodismo fue guía,
más por grácil poesía
fue un as de la creación.
ESTRAMBOTE
Su improvisada versística
y atildada vestimenta
el escándalo cimienta
en su evocación artística.
Galante pero con mística
era su pose exterior
porque en su mundo interior
daba brío a su humildad,
pues trasmitía bondad
de connotado escritor.
VI
Al descanso en santa cima
en Ayacucho es llamado
y en hombros es trasladado
a Huancayo con estima.
De ahí lo llevan a Lima
donde le dan sepultura
hay el luto en la cultura
por el ser que hiciera historia,
así se marchó a la gloria
un literato de altura.
Foto: Julio C. Gamboa, Abraham Valdelomar y César Vallejo (foto de “Antiguas fotos del Perú”)