VIVIR CON EL CUERPO DE OTRO

Cada persona según como plantee su programa de acción como ser pensante, puede ser el  causante de su felicidad o fracaso.

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Más la vida está llena de altibajos, no siempre se mantiene en un mismo status social. En pocos instantes se puede estar en la gloria o al borde del abismo y no por incapacidad sino por excesiva valoración o creerse dueño del mundo en base a ciertas bondades que tiene pero que en el mercado laboral no es nada que marque diferencia. Es muy común la forma de vivir de ciertas personas que quieren estar a la altura de los que tienen dinero y se dan unos aires de grandes cuando no lo son ni en sueños y los que crecen en el entorno del falso potentado, de acuerdo a su ingenuidad, creen ser hijos de millonarios y se dan unos lujos que de lejos parece verdad por supuesto, porque de cerca lo único que provocan es la risa en alusión a su hipocresía conductual. La mentira es mala, pero lo es más aún cuando uno quiere engañarse así mismo. Se forma un círculo  integrado por individuos de la misma calaña que rinden culto a la grandeza pero dicho estado está muy lejos de ser por no tener las cualidades necesarias para serlo y por el equivocado concepto de querer ser una luminaria fingiendo riqueza económica, pero de cerebro vacío y que es a veces ocupado por fantasías, sueños, quimeras y en relación a ello se construye su altar donde el único que le rinde pleitesía es el silencio. Se adoptan poses de estrellas como si el resto de la sociedad viviera con los ojos cerrados. Por eso es que estamos como estamos porque se vive de falsas apariencias. El que tiene un metro de tierra dice que es propietario de miles de hectáreas, el que posee un árbol  de frutas, comenta que es dueño de todo un valle y que además le pertenece hasta las palomas que vuelan sobre el fundo. El que en un tiempo gozó de popularidad y de  posición social, quiere serlo hasta su muerte sin hacer los méritos necesarios como para descollar intelectualmente. Se buscan  a gente de su entorno o se cobijan bajo la sombra o poder del amigo de turno para vivir de ellos con el compromiso de llenarle de flores su camino, de mágicas alfombras o sobrevalorarlo y ponerlo al nivel  de una eminencia, cuando en realidad, su horizonte es oscuro. Es que  hasta un título se puede comprar en el mercado  de las oportunidades pero el verdadero intelecto no se vende en la feria ni se adquiere con dinero. Nace con la persona como fruto de su innatismo o se adquiere desarrollando las facultades mentales. Pero el que es promotor del orgullo, así haya estudiado, no hace honor a su sapiencia si se deja llevar por el vendaval de la pedantería. Por eso, una gran educación no simboliza calidad humana. Si se es sabio pero no se tiene ética, se está a la altura del que nada sabe. Es que el poder de la sabiduría debe  solamente utilizarse para lograr bienestar y no para sentirse de otra galaxia o sirva de vehículo para obtener simplemente dinero. El servir debe ser el objetivo común de aquellos que buscan trascender a través del conocimiento.  Porque de lo contrario, el camino que llevan es peligroso, cualquier día  se pueden caer y toda la familia que tenía su trono de azúcar, se le derrite y el cetro de oro se  convierte de hojalata. Con esta reflexión trato de inculcar, no hay que fabricar espejismos a la descendencia,  escaños de algodón, porque la realidad es una sola. El que tiene éxito es por sus aptitudes personales y no ajenas. Además no vive solo en la tierra. Si no tiene el don de vivir de manera comunitaria y solamente es majestad dentro de su círculo vicioso, tarde o temprano está condenado a ser uno más en esta vida. La sobre protección, determina que la persona no se valga por sí mismo, por lo tanto no, tiene las armas para diseñar su propia historia y hay casos de extremado encubrimiento que la vida se les va y  nunca fueron capaces de volar con sus propias alas, por eso lo hicieron de tumbo en tumbo porque nunca aprendieron que una vez que se tiene mayoría de edad cada cual baila con su pañuelo. Por este desfase emocional, se ha visto casos en la cual, el amor se convierte en odio porque entre ellos solamente hay un paso.

 

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