En la oscura cavidad
No hay espacio para el oro
Ni el más preciado tesoro
Que brindó notoriedad.
Al saber tal realidad
De tal  gozo me reservo
Y mi línea la  conservo
Muy lejos del camposanto,
Y al evitar desencanto
MI VIDA ENTERA LA OBSERVO.

                      II

Al ver abierta la fosa
O algún nicho solitario
Deja un aire solidario
Que la conciencia hasta  acosa,
Si la estancia es tan preciosa
Se hace gala del  acervo
Al cesar su trino el verbo
Se marcha como se nace,
E ir al viaje que no place
DE PENSARLO HASTA ME ENERVO.

                        IV

Ante el lúgubre deceso
Frente al deleite vivido
Va dando ruta al olvido
Hasta el más grande embeleso.
Se va por tierra el progreso
La posición que se alaba
Si no hay la huella inspirada
En obras de gran valor,
Hasta termina el amor
CUANDO LA TUMBA SE CAVA.

Ni una lápida costosa
O el hermoso mausoleo
Dan la gloria del paseo
Por esta tierra preciosa.
Ni la flor más  fraganciosa
O la tarjeta dorada
Da  a la existencia encantada
Un instante de virtud,
Que detesto el ataúd
¡AL VER QUE LA VIDA  ACABA!