Todas las madres peruanas
en abnegada misión
forjan nítidas mañanas
por su inmenso corazón.
Desde el mar de eterno oleaje
por la selva y sierra andina
la madre por joya fina
luce firme su coraje.
Resplandece en el paisaje
entre sus virtudes galanas
sin riquezas soberanas
brota el ser de su alma pura,
al ser ramos de ternura
todas las madres peruanas.
II
La madre entre las espinas
coge la fruta sin miedo
pisa la arena del ruedo
sólo con armas divinas.
Sus lágrimas cristalinas
son una triste canción
y hasta perfuma un rincón
para que duerma su niño,
que le prodiga cariño
en abnegada misión.
III
Le arranca el fruto al desierto
a la tierra un dulce grano
al río fiero inhumano
agua fresca para el huerto.
Es melodía en concierto
pero humilde en sus hazañas
ante las fuerzas extrañas
surge su luz imponente,
más por fecunda simiente
forjan nítidas mañanas.
IV
Reina la mujer brillante
no tan solo en la cocina
la de experiencia genuina
que hasta llega a gobernante.
De profesión impactante
enarbola su pendón
o la que busca la unión
con la palabra hecha verso,
es luminoso universo
por su inmenso corazón.
V
Con la prole es luz prendida
sin aceptar engreimientos
y tras sólidos sustentos
les enseña que decida.
De fiel esencia encendida
y de eficiencia total
su conducta sin igual
que irradia nortes prolijos,
a ante el esposo y los hijos
es ejemplo de moral.
VI
En el poblado sin par
o en escarpadas regiones
al trasmitir emociones
es princesa en el hogar.
Nadie usurpa su lugar
su sonrisa es contagiante
por su carisma radiante
se hace joya muy querida,
al generar nueva vida
da su afecto a cada instante
