CUANDO HAY INVIERNO EN EL ALMA

Al alargarse las horas
Del tenue fúnebre invierno
Voy que existo sin auroras
¡YA MUY CERCA DEL ETERNO!

paz-133

Por el clima lacerante
Que tiritan mis entrañas
Lo hieren como guadañas
A mi cuerpo agonizante.
No hay nada que lo suplante
A mis fuerzas creadoras
Si hasta en las aves canoras
Asoman su palidez
Y reina la frigidez
AL ALARGARSE LAS HORAS.

II

Surge la desolación
En los huérfanos del alma
Y no queda algo de calma
En planetaria mansión.
Se da paso a la oración
En el horizonte externo
Y avizorando el interno
Lo que impera es el encono,
Y me deja el abandono
YA MUY CERCA DEL ETERNO.

V

Al ser, ante la frialdad
Se nublan aspiraciones
Y surgen vacilaciones
En la frágil heredad.
Se quiebra la fiel bondad
Aparece el no fraterno
Y en el espacio moderno
A la natura desligo,
Y  mi piel sufre el castigo
DEL TENUE FÚNEBRE INVIERNO.

III

Nunca falta algún vecino
Que en un acto de avaricia
Por el logro se desquicia
Y comete un desatino.
Si lo acompaña el cretino
Se genera la traición
Y hasta la desilusión
Lo condena si reclama,
y el tétrico panorama
INVITA A LA REFLEXIÓN.

VI

Esa  gélida heredad
Aborrece al positivo
Y un entorno negativo
Asume la sociedad.
Agobia la vanidad
y  palabras redentoras
Dejan rutas incoloras
En el orbe fascinante,
Y por la bruma asfixiante
VOY QUE EXISTO SIN AURORAS.

Cuando  el ámbito silente
Agobia hasta el corazón
Se marchita la ilusión
Y hasta el paso es decadente.
Cuando hay que avanzar al frente
Con la bienaventuranza
Y el estrellato se alcanza
En el orbe deslumbrante,
que en la penumbra inquietante
¡HAY UN HALO DE ESPERANZA!

2016-12-21

paz-177

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *