Por la imponente codicia
Se atiende lo que da plata
Y así brinde luz sensata
Más importa la avaricia.
Lo que al alma da pericia
No es del todo necesario
Y si hay afán pecuniario
Por el arte nunca insiste,
Y de silencio se viste
EL VERSO EN EL ESCENARIO.

II

Si de música de trata
Siendo clásica la ofrenda
Así figure en la agenda
La invitación no se acata.
Deserción es que  desata
Por mínimo sentimiento
Y tras vacío el asiento
Por avaro y la ambición,
Y ante escasa aceptación,
¡NO HAY MAS APLAUSO QUE EL VIENTO!

V

Así tenga calidad
No le interesa a la gente
Y de ganancia pendiente
Solo aflora mezquindad.
A la artística bondad
del venturoso talento
ante el magro emolumento
se le margina de canto,
Y no se escucha el fiel canto
ASÍ IRRADIE VOZ DE ALIENTO.

III

El que menos se entretiene
En ajuntar sus millones
Y no piensa en distracciones
Pues dinero más conviene.
Por los soles va y viene
Ajeno a la sutileza
Y más aspira en  grandeza
Que un  espíritu contento,
Y es que en un clima violento
POCO VALE  LA BELLEZA.

VI

Nunca hay un lleno total
Si es ballet o poesía
Más si hay vana alegoría
Hay preferencia especial.
Tiene jale lo inmoral
O de  aspecto lapidario
Y al ser pequeño el usuario
Se hace lento el fiel latido,
Y la ofrenda es cual gemido
EN RECINTO SOLITARIO

Al alma no se le educa
Por existir muy de prisa
 a diario se asiste a misa
pero el dolo no caduca.
Si la esencia está maluca
El panorama es adverso
Y ya no hay el clima terso
Por la falta de decoro,
Y es que ante el brillo del oro
¡SE OPACA EL ALBOR DE UN VERSO!