Por obra del agua y tierra
Hasta en la tumba más fría
Floreces de noche y día
Y el vacío se  destierra.
Al que una lágrima entierra
Su perfume va que advierte
y su encanto se revierte
desvaneciendo el misterio,
Y embellece al cementerio
FLOR QUE SU PERFUME VIERTE.

II

Por ser tétrica mansión
De imponente soledad
Tus colores de verdad
Simbolizan redención.
Despiertan la sensación
Que los cubre un negro manto
Y sin caer en el llanto
El espacio huele a templo,
Y tus pétalos contemplo
¡SIN QUE BORRES MI QUEBRANTO!

V

Tus capullos en el viento
Ondeas con armonía
Y  no hay la melancolía
Que nace del sentimiento.
Ya no es gris el pensamiento
En el lugar sacrosanto
Y muy lejos del espanto
Adornas con tu furor,
Y das luz entre el verdor
EN SILENTE CAMPOSANTO.

III

Tus tallos miran al cielo
En resignada postura
Y son fuentes de ternura
Que mitigan todo anhelo.
Te elevas del mismo suelo
Imponente de candor
Más tu cálido esplendor
Emana un albor fragante,
Y das consuelo al instante
AL  QUE SUFRE UN CRUEL DOLOR.

VI

Con tu frágil lozanía
se suaviza las congojas
Y entre vaivenes tus hojas
Son la fuente de alegría.
De esperanzas son la vía
Dónde camina la muerte
Y el que corre misma suerte
Le das fronda espiritual,
Y con tu albor natural
DAS AROMA AL SER INERTE.

Donde es eterno el reposo
Por tu pródiga  natura
Emanas tu magia pura
Y es por nada tenebroso.
El momento al fin hermoso
En el tiempo indetenible
Da un regocijo increíble
De bondades infinitas,
que si un día te marchitas
¡MUERE MI ALMA INMARCESIBLE!