LA NOVIA DEL PARQUE

¿Cómo está mi vieja linda?
¡Qué alegría volver a casa!
Si hasta juré no volver más al barrio.
Pero he retornado para contemplar como cuando niño
Tu sonrisa amable.

Tras el abrazo, más que abrazo, un beso de madre.
¿Sabes?- no entro en mi pellejo
después de incontables años he hecho algo bueno.
Pero… no se si te acuerdes de aquella época
Yo tenía novia, como nos queríamos ¿Recuerdas?
Nuestro amor era tan grande
Y por causas de caminar siempre por las rutas del mundo
me alejé a buscar un claro en mi noche eterna;
Y ya cansado de ser inquilino risueño
y pensionista de casas ya olvidadas;
Al volver al pueblo, lo primero fue buscar el parque amigo.
Allí mi ojos aprendieron a mirar la vida con sus colores hirientes.
Caminaba por las calle del ayer
Pisoteando los vientos de antaño;
Era las mismas calles pero otras gentes iban y venían.
Todo lo perdí en mi ausencia.
Masticaba mi silencio y casi al borde del llanto,
Veía pasar en mi ensueño a la madre, la enamorada,
Los amigos de la zacuara, y el papel cometa ya  muertos con la tarde.
Y en el mismo banco de mi niñez perdida
Me senté a mirar las flores, los niños con sus juegos inocentes
Plenos de ilusiones. Cuando al voltear la cara
Entre un grupo de gentes donde yo era un extraño;
Divisé unos ojos, que una vez me miraron el alma.
Venía ella, dejando a su paso sinfonías inmortales y suspiros apurados
Y corrí como un loco para abrazarla fuerte como en cada encuentro,
Pero se quedó callada y sin causarle impresión alguna me dijo serena:
¡ Te presento a mi esposo! ¡ No te pude esperar! ¡Ya tu comprendes! ¡Adiós!..
Se me vino  encima y en pedazos el universo entero;
Agobiado y destruido me metí en una cantina
bebí como nunca y  ni se como llegué a casa
Pero si lo tengo bien claro que llorando en tu regazo ¡Madre!
Frente al cuadro de papá, te conté mi historia:
¡Ya no vuelvo más al barrio ni amaré a una mujer!
Fueron mis palabras al momento de salir para irme lejos.
El tiempo no se detuvo y entre idilios y jaranas
Traté  se esfumen las llamas de esa hoguera de mi pecho
Pero  al recordarla sentía quererla más.
Y una madrugada, me fui de juerga
Donde te hablan de amor  según el color del billete;
En algunas puertas habían cuerpos esculturales
En otras, figuras ya añejas por las penas.
Cuando de pronto, creí estar borracho:
Entre cuatro paredes con luces todas lilas estaba ella; mi  amor de  
Juventud; parada en su marco y la gente la devoraba con sus miradas llenas de lujuria.
¡Pasa idiota! No te voy a cobrar nada
¡No me importa perder contigo esta noche!…
y estalló en una carcajada de muerte
que casi rompe mis tímpanos.
Ya estaba contagiada de toda esa polilla sin destino
Y corroída hasta los huesos.
Cual novela sencilla me contó sus andares;
ante mi desprecio conoció a otro hombre
Con el cual se casó y poco a poco
La arrastró al negocio del placer.
Salí de su cuarto sin despedirme,
No era posible tanta denigración junta
Si cuando niña y ya era su novio,
me miraba de reojo del brazo de su madre al salir de misa.
Y solo a escondidas podíamos decirnos nuestras cosas.
Si era la diosa, la más pura, la más delicada de ni entorno.
Esa noche no pude dormir, la desilusión me mataba.
Desde   esa horrible pesadilla, ya  han pasado muchos atardeceres….
Por eso hoy, apenas pisé esta tierra, me fui al parque
a recoger el bullicio del pueblo mío
y sentirme dueño de su encanto, a ver caras  ya nada amigas
A buscar el mismo banco de antaño,  mudo confidente de mis emociones.
¡Como ha cambiado el barrio!
Y al pasear mis ojos por el horizonte tan conocido;
La encontré a ella sentada en mi sitio con dos niños a su lado.
La quedé mirando embelesado e incrédulo, creí estar soñando
Y confieso como hombre,  después de no se cuanto años nuevos
La vi sonreír dulcemente casi como una caricia.
“De la vez pasada que me encontraste he pensado mucho en mi vida
y he tratado de ser la mujer buena que alguna vez amaste,
ahora tengo un trabajo decente y no lo hago por mí
que estoy podrida en vida, lo hago por mis hijos que no tienen la culpa de nada” y se puso a llorar.  No pude soportar su dolor  y abrazados como hermanos enjugamos una lágrima llena de ternura, de esperanzas y de amor.
¡Por eso estoy contento Madre!
Hoy le he dicho que mañana venga a casa
pues encontrará un hogar con bastante cariño.
Dime si  está bien hecho Madre.
Ella es madre como tu y toda madre es bendita
Y porque aún así, la quiero todavía.
Ya tu estás vieja y hacen falta los niños en este rancho
cada vez más vacío y solitario.
 

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